El control de estabilidad de un auto es un sistema electrónico que ayuda a evitar que el vehículo se salga de su trayectoria en situaciones de emergencia o de baja adherencia. Se trata de un dispositivo que actúa sobre los frenos y el motor para corregir el sobreviraje o el subviraje, es decir, cuando las ruedas traseras o delanteras pierden agarre y provocan que el auto se deslice o gire más de lo deseado.
ESP es el acrónimo de Electronic Stability Program, que en español significa Programa Electrónico de Estabilidad. Este sistema utiliza sensores para detectar cuando un vehículo está a punto de perder el control, y luego interviene para ayudar al conductor a recuperar la trayectoria.
El ESP es el acrónimo de Electronic Stability Program, mientras que ESC es el acrónimo de Electronic Stability Control. Ambos sistemas son desarrollados por la misma empresa, Bosch, y funcionan de la misma manera.
En Brasil, el ESP es obligatorio en todos los automóviles nuevos desde 2014. Por lo tanto, todos los automóviles nuevos que importan desde Brasil tienen ESP, independientemente de que el fabricante lo denomine ESP o ESC.
Algunos fabricantes de automóviles también utilizan otros nombres para el ESP, como DSC (Dynamic Stability Control) o VDC (Vehicle Dynamic Control). Sin embargo, todos estos sistemas son esencialmente el mismo.
El funcionamiento del ESP o control de estabilidad
El ESP funciona frenando las ruedas individualmente o ajustando la potencia del motor. Esto ayuda a evitar que el vehículo se desvíe de su trayectoria, incluso en condiciones difíciles, como curvas pronunciadas o frenadas bruscas.
El control de estabilidad se activa cuando detecta una diferencia entre la dirección que el conductor quiere seguir (según el ángulo del volante) y la que realmente sigue el vehículo (según los sensores de velocidad y aceleración). En ese caso, el sistema envía una señal al módulo de control del motor para que reduzca la potencia y al módulo de control del freno para que aplique una presión selectiva sobre una o más ruedas, con el fin de recuperar el equilibrio y la estabilidad del auto.
El control de estabilidad puede ser muy útil en situaciones como curvas cerradas, cambios bruscos de carril, pavimento mojado o helado, o cuando se produce un reventón o un pinchazo en una rueda. Sin embargo, no es infalible ni sustituye a la pericia del conductor. Por eso, es importante conducir con precaución y respetar las normas de tránsito, así como mantener los neumáticos en buen estado y con la presión adecuada.
El control de estabilidad se conoce también por sus siglas en inglés: ESC (Electronic Stability Control). Algunos fabricantes le dan otros nombres comerciales, como ESP (Electronic Stability Program), VSC (Vehicle Stability Control), DSC (Dynamic Stability Control) o VSA (Vehicle Stability Assist). Aunque pueden tener algunas diferencias técnicas, todos cumplen la misma función básica: ayudar a mantener el control del auto en situaciones críticas.
Fotos gentileza: Nissan Motor Corporation Brasil
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